El Movimiento Regeneración Nacional entro este día en una fase de divisionismo y confrontación, tal y como lo experimentaron el PRI y el PRD en sus mejores tiempos.
Las fracturas aumentaron en número y en tono, cada quien luchaba por su parcela, unos defendían las candidaturas y otros rechazaban los registros y los métodos de los mismos, como imposición de personajes vinculados a grupos diferentes al movimiento obradorista nivel sus diferencias.
Lo anterior ocasionó divisionismo y confrontación al más puro estilo de la onda grupera del PRD o de la lucha por el poder, cuando el PRI tenía la base de su poder en diversos sectores.
Las principales animadversio es se centraron entre los representantes de Mario Bracamontes y los seguidores de Alejandro Armenta y los seguidores del exsecretario Edgar Garmendia.
Esteban de Antuñano, Unos y otros mostraban rechazo mutuo en el inmueble de Morena en la zona de donde estaba gente del senador del bulevard Esteban de Antuñano.
El rechazo recíproco deriva de las candidaturas para competir por puestos de elección popular para las elecciones intermedias, federales y locales, a diputados, el próximo seis de junio.
Los reclamos que por momentos subían de tono, a punto de la confrontación, tenían base en supuestas imposiciones de personas ajenas al movimiento, referían los quejosos.
Entre los quejosos hubo quienes tenían piedras, palos y hasta tubos.
La postura del grupo de Armenta, denunciaba que un grupo de «esquiroles» pretendía impedir un proceso responsable y democrático; acusaban a los manifestantes de secuestrarlos; impedían su salida de dicho inmueble.
Las acusaciones también eran en que uno y otro grupo de señalaban de tener golpeadores del PAN y del PRI.
La tensión era tal que intervino la Policía Municipal para inhibir un enfrentamiento entre la familia morenita poblana.
